Once inicial Prainsa_RealSociedad; Foto: Nerea Lertxundi |
Invócame
cuando interpretes estas letras sentada en los añicos de tu memoria. Momentos
de ofrecer silencio a la luz de la mañana, de abrazos
mansos y miradas nobles. Seremos quien señale los logros del pasado olvidando
el devenir de las costumbres. Mi animal recordará regalarte
hierba teñida de azul y orientación de halcón, para que seas capaz de volver
siempre a tu origen.
Viajamos sin palabras, paciendo largas
siestas. Esperábamos tranquilas la caída de las horas para disputar nuestro
encuentro en tierras mañas. El sol resplandeciente picoteaba el alma. Combatimos
el calor, convirtiéndonos en bestias.
Sacamos al campo la mirada de águila, el
coraje de león, la velocidad de pantera, la fuerza de tigre y la elegancia de
gacela. Camellos incansables haciendo sombra a la mañana a un ritmo
vertiginoso. En la primera mitad supimos encontrar el oasis. Tres goles saciaron
nuestra sed.
En la segunda parte cambiamos el ritmo,
desoímos las voces y escribimos el eco. Perdimos el camino hacia la meta y nos
manchamos de arena. Al tomar respiro, todo había terminado. Un verdadero
alivio, una victoria clara.
Y
ahora redoblan tambores huecos para anunciar el final de una temporada
inolvidable. Dos partidos de despedidas y ausencias que exploran sigilosas el
mundo que nos pertenece. Elígeme este domingo para calzar tu tiempo, pie que
nos aplasta. Por el aliento que me debes y el sueño que pretendo. Limpia el
sudor de tu cuerpo, recoge tu anonimato y mira tus pasos. Sello mis labios, el
placer de decir hasta luego, mio.
Crónicas de prensa
Fotos del partido:
Para terminar os dejo una historieta más del libro de Javier Iriondo, "Donde tus sueños te lleven" , relacionada con el mundo animal, o no...
David entró a la ferretería de su amigo. El perro de jaques permanecía tumbado encima de un clavo al lado del mostrador.
En ocasiones se movía buscando acomodo, pero no cambiaba de lugar, seguía recostado sobre ese clavo que no le permitía dormir tranquilo.
Tan sorprendido se encontró David por ello, que preguntó a su amigo: ¿por qué se empeña en seguir durmiendo en el mismo lugar si el clavo le molesta?
A lo que su amigo le respondió:
-Creo que aún no molesta lo suficiente.
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