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viernes, 1 de marzo de 2013

Parálisis temporal


A Maialen,

Toda nuestra sangre, como la tuya, corre en una dirección, esa que parece dejar cicatrices de combate y heridas al corazón.
Nos dejas en cuidados intensivos, multiplicados los problemas y aquejadas de cuantiosos virus.
En incontables ocasiones has hecho de enfermera, inyectando sonrisas y confianza, suministrando vitaminas en forma de desborde.  Siempre has sido la mejor prevención ante  las arritmias…

 
Ahora, amiga, desconozco si encontraremos el antídoto o nos quedaremos en coma intentando rehuir la epidural. Nos abasteceremos de torniquetes para evitar pérdidas, desinfectantes de ambulatorio y pastillas para soñar. Apósitos para el sudor y lágrimas de agua oxigenada. Será una constante cirugía para la razón.

 
Movilizadas contra la amenaza de quedarnos sin habitación, incluiremos solicitud de atención a domicilio y cómodas estancias externas.
Con este pequeño análisis, rellenada queda la hoja de ingreso. Seremos pacientes, esperaremos admisión. A tu lado y contigo, inmunes.


Foto: Valerie Quiroga